Dejar de preocuparnos, empezar a ocuparnos
Una tarde de sábado. Una reunión de amigos. Una sobremesa y ... un montón de preocupaciones.
Hace unos dias estuve pasando un sábado genial #entreamigos, en una preciosa casa en algún lugar de la sierra madrileña, con unos anfitriones que te hacen sentir #comoentupropiacasa y un grupo de maravillosas personas (gente de esa con la que no tienes que esforzarte para todo fluya con facilidad) con algo en común: hijos empezando la "cándida adolescencia*" .Las horas se nos fueron sin apenas percatarnos y estábamos tan relajados y cómodos que, de forma espontánea enseguida salieron en la conversación las primeras #preocupaciones. Primero sobre nuestros hij@s: el inicio en la sexualidad y el miedo a que las cosas pasen "antes de tiempo", el peligro de las redes sociales, la adicción a los juegos y los móviles, los primeros desplazamientos sol@s, el riesgo de las drogas y el acohol, la suerte al escoger a los amigos, la buena o mala decisión alimentaria, incluso el inglés y la conveniencia o no de salir al extranjero!...para después, poco a poco adentrarnos en las GRANDES PREOCUPACIONES: la pérdida de la inocencia, la autoestima, la falta de valores, el excesivo culto a la imagen y el "postureo" desarrollado por influencia de Instagram (con la anorexia o la bulimia como problema de fondo y la pérdida del foco en el valor de la persona), el desinterés, la falta de motivación, la responsabilidad en casa o el aumento del machismo entre los jóvenes.
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Imagen gratuita obtenida de www.freepik.es |
De repente, alguien dijo - y ¿qué podemos hacer?.
Esto me dejó pensando...y al mismo tiempo, me acordé de algo que me había comentado unos dias antes otra buena amiga . Efectiva y definitivamente hay que dejar de preocuparnos y empezar a ocuparnos.
Ocuparnos de hacer cosas concretas para que esto no se nos vaya de las manos. Algo como empezar por coger una libreta y anotar por orden aquello en lo que deberíamos centrar el foco y pensar en ideas concretas para ponerlo en marcha. Algo como preguntar, informarnos, buscar soluciones. Por suerte, vivimos en un momento histórico en el que hay millones de recursos a nuestro alcance a golpe de un click y en el que estamos tan conectados que podemos llegar hasta esa persona que nos puede ayudar casi sin esfuerzo.
Ponernos a pensar en aquello que podemos hacer, pero también en lo que debemos dejar por el camino para que lo importante pase a primer lugar: adelgazar la agenda, liberar compromisos, dejar de hacer aquello que nos absorve energía para poder centrarnos en lo que nos importa . Buscar ayuda, cambiar las normas, romper una vieja costumbre y marcarnos una meta, un objetivo, un proyecto y disponer de la energía suficiente para ...
No me atrevo a deciros qué funciona o qué no, pero puedo acercaros a algunas reflexiones que me encantan para que os sirvan de #inspiración. Como se dice en este video que os traigo hoy y que no podéis dejar de ver, se trata de aprender a educar y a vivir de una forma distinta pero sobre todo, hay que pensar que sólo desde una perspectiva optimista es posible.
Espero que os inspire tanto como a mí (25 minutos).
Hasta el siguiente post, gracias por leerme!
(* Maravillosa descripción de esta etapa de la vida de la película "Memorias de Africa")
Me ha encantado este enlace. Estupenda tu entrada sobre las preocupaciones. Y sobre todo el mensaje: Ser optimistas. Yo añadiría: intentar cambiar lo que no nos gusta.
ResponderEliminarUn abrazo Anita.
P.D. Te propongo otra entrada: Regalar libros a preadolescentes es una excelente idea.
Gracias. Eres superdetallosa!.